OIT VISIBILIZA TRABAJO DOMÉSTICO

A veces las organizaciones internacionales tardan mucho tiempo en reconocer fenómenos sociales que desde hace años están presentes en la vida de los pueblos. Uno de ellos es el del servicio doméstico. Verdad es que en ciertas sociedades opulentas el mismo prácticamente está desterrado hace años, o en países con miseria del 100%, pero subsiste en la gran mayoría, razón por lo cual era necesario que la OIT entrara a fijar parámetros para el desarrollo de esta noble labor, en la cual muchas personas están no porque quieren sino porque les toca. En Bolivia Evo Morales hizo algo gigante: nombrar Ministra de Justicia de su país a una exempleada doméstica, que con gran esfuerzo se tituló de abogada. Ella cuenta las miserias, el maltrato, las discriminaciones y las exclusiones que tuvo que padecer trabajando como doméstica. Strauss Kahn el exmagnate del FMI está procesado por asaltar sexualmente en Solfitel a una mucama al parecer Guineana. Algunos consideran que el servicio incluye "derecho de pernada" a la vieja usanza medieval. En Colombia millares de estas abnegadas servidoras de oficios que inciden en el PIB y en la renta pero que se consideran menores, en muchas ocasiones son vilipendiadas y se les paga salarios por debajo del mínimo vital. "Si te gusta bien, o si no te vas", como dijo el tango. Sería muy importante tratar de crear una asociación de empleadas domésticas, para que lograran por lo menos mayores reivindicaciones laborales, pues en muchos casos están más cerca a la servidumbre y el esclavismo. Se ubican en lo más bajo de la esfera social en lo referente a su nivel de ingresos. Sus hijos suelen presentar niveles de desnutrición y hay abundante madresolterismo. En algunos casos conviven con la familia y mueren con ella a cambio de techo y comida. Las prestaciones sociales muchas veces les son birladas y los trabajos y horarios suelen ser grotescos. Ojalá los nuevos Inspectores de trabajo se esfuercen por revisar in situ las condiciones laborales de estas personas y no sean unos  simples burócratas de saco y corbata. Si lo que les faltaban eran instrumentos internacionales, ya los tienen.