viernes, 17 de junio de 2011

CONDENADO EL CONCEJAL Y PASTOR CRISTIANO

He analizado con muchas reservas el despliegue de fuerzas evangélicas de órbita  norteamericana en Colombia y el subcontinente. Parece que hay un afán de poder económico y político desmedido. El caso de la condena del Concejal Vladimir Melo a 41 años de cárcel por ordenar el crimen de su esposa es una perla. La manda a matar para no perder el poder de la "Iglesia" y así conservar la curul, frente a una infidelidad descubierta que le costaría pérdida de "fama". El Movimiento "Pacto" que es una de esas sectas que pululan en Colombia tiene una curul en el Concejo Distrital, merced a la captura de conciencias , a veces muy infantiles. Llegar a esto extremos de criminalidad indica que hay tal cúmulo de presión por el poder religioso-político que se es capaz de cualquier cosa, como contratar a tres sicarios para asesinar a su propia mujer. Pecados adentro y "bondades" afuera pretenden mostrar estos pastores que en verdad merecen nuestro repudio y advertir a quienes militan en dichas organizaciones, más allá de las libertades legítimas, que deben tener cuidado de embaucadores y a veces -como en este caso- criminales. ¿Cómo llegó Garavito a convertirse a esta confesión? Les recomiendo leer la obra recién salida "Contra todos los dioses" de A.C. Grayling (Ariel, 2011): "Ha llegado de subvertir la idea de que el credo religioso merece respeto por sí mismo, y de que debería tratárselo con guantes de seda. Ha llegado la hora de rechazar tener que andar de puntillas al pasar junto a las personas que reclaman respeto, consideración, un trato especial o cualquier otra forma de inmunidad, por el simple hecho de tener fe religiosa, como si tener fe fuera una virtud privilegiada, como si fuera más noble creer en afirmaciones sin fundamento y en antiguas supersticiones. Ha llegado la hora de decirles en voz alta a los creyentes que sus decisiones personales son irracionales, y que sus elecciones en la esfera privada pueden ser dudosas. Todo el mundo es libre de creer lo que quiera, siempre y cuando no moleste (ni coaccione, NI MATE) a los demás; pero nadie tiene derecho a reclamar privilegios por el simple hecho de ser devoto de una u otra devoción". Quien mire los videos de Richard Dawkins puede corroborarlo.

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