MUERTE ANUNCIADA

El crimen de la lídereza afrocolombiana de los desplazados en Medellín Fabricia Córdoba merece toda nuestra repulsa. Ella sabía que la iban a matar y de hecho a miembros directos de su familia los habían asesinado. No había querido hablar de la Ley de Víctimas y de tierras, porque en este Estado puntillista jurídico o santanderista Vargas Lleras y su clan creen que todo se resuelve a punta de leyes. Sospechaba lo que iba a pasar y ya está pasando. El exterminio de los dirigentes de desplazados que reclaman sus tierras y el resarcimiento de los daños infligidos. Así ocurrió con la liquidación de la Unión Patriótica, de nada valió la firma del acuerdo paz con el Estado en esa ocasión. "La mano negra" siempre actúa solapada pero certeramente. El hecho de que sea prima de la exsenadora Piedad Córdoba complica las cosas para el establishment. El Gobierno se raja las vestiduras diciendo que ella rechazó la protección brindada, que no se dejó hacer "estudio de seguridad". Los familiares acusan a la policía de ser la autora del homicidio. ¿Cómo creen que ella hubiera permitido que los sospechosos le hicieran estudios de seguridad y más aún la "escoltaran"? Muchos reinsertados como Navarro y Petro han rechazado los esquemas de seguridad oficiales. En el caso del crimen de Galán han llamado a juicio a Maza Márquez. Es evidente, se cae de su peso. ¿Cuántos más caerán? Seguimos en la orgía tanática... Por lo pronto la solución del Superintendente de Notariado y registro es que las víctimas no se llamarán por su nombre sino por un número. ¡Salomónico!