¿REELECCIÓN AL CONGELADOR?

Juan Manuel Santos ha manifestado que este año no hablará de reelección, sino hasta el año entrante. Me parece que el Presidente de Colombia debería reconocer que semejante decisión avala el íter críminis recorrido por el Congreso -caso Yidis- para aprobar comprando Notarías y vendiendo el voto parlamentario, para que Uribe fuera reelegido. Lo cual indica que la reelección como figura nació espurea, contrahecha, contaminada. Lo correcto hubiera sido escuchar de Santos: "No me someteré a la reelección, porque la Corte Suprema descubrió que hubo trampas en su aprobación en el Congreso". Punto. Pero aprovecharse de una figura legal pero ilegítima, dado que fue aprobada de manera corrupta, no me parece ético. La estructura constitucional se alteró notoriamente con esta figura, dado que el Presidente se convirtió en un monarca que todo lo decide, donde el Congreso sirve de comparsa, de florero, y las altas cortes, con honrosas excepciones, tienen en su seno a muchos de los señalados por el príncipe. Ni qué decir de los organismos de control, como la Defensoría del Pueblo. Por lo tanto, lo que hay que hacer es un nuevo diseño constitucional que elimine de un tajo la reelección, pues en frágiles democracias de baja intensidad la reelección lleva a una dictadura en la praxis, mucho más cuando el 98% de los congresistas hacen parte del Santismo.