martes, 1 de noviembre de 2011

¿MONTAJE CONTRA EL COLECTIVO DE ABOGADOS?

Conozco desde hace muchos años la valiosa y valiente tarea que desarrolla el Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo en defensa de los Derechos Humanos en Colombia. Su labor ha permitido la defensa de las víctimas de numerosas injusticias y crímenes de lesa humanidad, cometidas a ciencia y paciencia del establecimiento o por el mismo. Casi ningún abogado se le mide a este tipo de procesos, por los riesgos que entraña y los costos que demanda. Eso les ha costado sangre, sudor y lágrimas y aún así han persistido con todos los riesgos que ello conlleva. Hasta la caverna conservadora le hizo una manifestación en el Parque Santander una vez. Muy pocas ONGs se dedican a esto en Colombia, porque la vida queda comprometida. La Comisión Colombiana de Juristas sería otra ONG que hace tareas semejantes con gran pundonor y valor civil. Por ello cuando miré las denuncias del general Uscátegui -condenado por omisión en la masacre de Mapiripán a 40 años de cárcel- y de otros entes respecto a la utilización de "falsas víctimas" en la masacre, me quedó un hálito de duda que se ha aclarado primero con la declaración pública del abogado Eduardo Carreño, persona íntegra y docente de la Maestría en DDHH de la UPTC. Y en segundo lugar, con la propia declaración de la Comisión Interamericana respecto a que fue el propio Estado colombiano el que durante 10 años permitió y no cuestionó las declaraciones y las víctimas presuntamente engañosas, que llegaron al proceso  mucho antes que los abogados del Colectivo asumieran el proceso. Ha dicho el Colectivo -de frente al país- que si se descubre alguna maniobra torticera, ellos devuelven la plata de la indemnización al estado. Eso se llama gallardía. Aunque para mí el caso está aclarado con la Declaración de la CIDH, cuando en lugar de lapidar al Colectivo, ha exaltado su tarea en defensa de las víctimas. Personas como Alirio Uribe, Soraya, Mahecha, Sandra Gamboa, etc., pertenecen a una especie de juristas muy especiales que prefieren arriesgar su vida antes que permitir la impunidad en Colombia, pues como dijo el eximio jurista Eduardo Umaña Mendoza -asesinado por los paras-: "Más vale morir por algo, que vivir por nada".

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