domingo, 13 de noviembre de 2011

EL TEMA DE LA CAPILLA Y EL LAICISMO

He querido que el debate se "enfriara" para poder hablar por encima de dogmatismos excluyentes o sindicaciones profanas. El tema va más allá del "daño en bien ajeno" (hacía varios meses se habían robado las campanas en otras circunstancias) o las imputaciones ofensivas o injuriosas inscritas en los muros. Más allá de lo que los medios llaman "sacrilegio" o "profanación" de la capilla en la UPTC, el tema que se debe asumir hoy día es del laicismo en la educación. Un Estado laico es distinto a un estado teocrático; Colombia se supone que ha hecho el tránsito formal del uno al otro. Sin embargo, aún se observan características que denotan lo contrario, una de ellas la presencia de instituciones confesionales en escenarios públicos (como los curas castrenses), así como el nombramiento de vicarios en cargos públicos en virtud de su magisterio, como el Director del SENA o el Jefe de Bienestar Social de la UPTC (contra el cual parece haber un amplio sector del estudiantado descontento). La característica de la libertad de conciencia, de cultos o de pensamiento no puede llevar a permitir que una sola confesión sea la dueña y señora de los espacios públicos. Tampoco de los currículos, como lo expresé en mi demanda al Decreto 4500 de Uribe que estableció la obligatoriedad de las clases de religión. Lo que deberíamos estudiar es religiones y arreligiones, confesiones y aconfesiones; por ejemplo, cuántas personas conocen las diferencias entre chiítas y sunitas, en medio de las revueltas árabes que hoy conmocionan el mediano oriente y Africa? O las diferencias entre los ortodoxos cristianos y la teología de la liberación? O entre masones, anarquistas, agnósticos y ateos (a pesar de que Franco dictó una ley para matar a masones y comunistas). Me parece que la órbita de la religiosidad debe ser íntima y no afectar la institucionalidad, sino sólo en la defensa del respeto a la libre expresión de sus ideas en los escenarios adecuados y convenientes, sin que la función pública en un estado secular se vea afectada por la intromisión de visiones omnicomprensivas que no toda la colectividad comparte, así sea mayoritaria en un Estado o en un pueblo. Una fórmula -no mágica- es la de distribuir los horarios para el uso de los escasos espacios públicos, por ejemplo, que se turnen los grupos de ensayos musicales, teatro, danza, literatura, etc., con los de los credos religiosos y arreligiosos, buscando una armonización y equilibrio entre todos para que nadie se sienta superior a ninguno. Lo contrario sería imponer el criterio dogmático de fé predominante y proceder a afectar la libertad de conciencia de las minorías. Ya sabemos que la democracia moderna no es la imposición de las mayorías, sino el respeto y la integración de las minorías. Las Iglesias son organizaciones de carácter privado, a la luz del ordenamiento jurídico, y de carácter político a la luz de la sociología.  

1 comentario:

  1. Escuchando una generosa entrevista a Silvio Rodriguez en la tv Cubana( o sea sin odiosas pausas para comerciales) le escuche una postura muy interesante al respecto de la religiosidad y la espiritualidad, Silvio dice: "me parece que la religión es la burocracia de la espiritualidad" reconociéndose profundamente espiritual, si no de ¿donde podrían surgir tan bellas canciones?

    ResponderEliminar