viernes, 8 de julio de 2011

LAS ELECCIONES ESPAÑOLAS

Ha renunciado Alfredo Pérez Rubalcaba a la primera Vicepresidencia del Gobierno para hacer campaña con miras a las próximas elecciones generales españolas. En España el sistema parlamentario permite que el Presidente del Gobierno disuelva las cámaras y convoque elecciones anticipadas; José Luis Rodríguez Zapatero ha dicho que permanecerá hasta el final de su mandato en marzo del año entrante. Sin embargo, los corrillos dicen que las va a adelantar posiblemente para noviembre. Todo es incierto, como lo es el futuro del euro, hoy sumamente vapuleado por la crisis financiera internacional, que compromete a la misma Unión Europea. Los casos de Irlanda, Grecia y Portugal son dramáticos.
Rubalcaba no debería hacer mucha campaña, pues cuando habla y promete cosas le dicen: “pero si usted está en el Gobierno desde hace 8 años , por qué no lo ha hecho?” O “¿Por qué si les falta un año de gobierno, no lo ejecutan?”. Y no debería desgastarse mucho porque las elecciones las tiene perdidas frente a Mariano Rajoy , el candidato del derechista Partido Popular, ampliamente ganador en las elecciones autonómicas y municipales del pasado 22 de mayo. La alternativa no es confiable, no ha presentado una propuesta seria de gobierno y se centra en atacar impasiblemente a su contrincante, desgastándolo.
La gente en Latinoamérica podrá preguntarse el por qué del desgaste de Zapatero al frente del Gobierno. Si bien el PSOE tuvo un buen primer cuatrienio, con pujante desenvolvimiento económico y reformas importantes (inclusive se lanzó un programa llamado el “cheque-bebé “ que le daba una importante contribución a la familia que tuviera bebés, y sí mismo se aprobó el matrimonio homosexual), el segundo tramo ha sido nefasto: se encontró con la peor crisis económica internacional desde 1929 y ello le generó un desempleo de 5 millones de personas, lo cual es una escandalosa cifra. Además, en lugar de afectar a los ricos, se casó con los banqueros y los poderosos, olvidando el ideario socialista, y afectó a los sectores medios y populares, razón por la cual los sindicatos el año pasado le hicieron huelga general y este año se lanzó el Movimiento 15-M en contra –cabe aclarar- de los partidos dominantes del escenario electoral, PSOE y PP. Los indignados los ven iguales de corruptos, de mafiosos, con prácticas clientelares y sin deseos de remozarse a su interior , ni mucho menos hacer los grandes cambios que requiere España. Fue lapidario  ver a Zapatero en una reunión con la patronal aceptando todas las condiciones de la misma, con afectación de las grandes mayorías. Al PP ese papel le quedaría muy bien, por ser de derecha y estar en su ideario el de pactar con la patronal.
En tal sentido, se observa que el próximo presidente español se llamará Mariano Rajoy, para tristeza de los españoles, pero con la mayoría de sus votos, mas por la incompetencia de la dirigencia socialista (como en el caso del Polo en Bogotá, cuyo candidato va a perder la alcaldía por la incompetencia y latrocinio de los Moreno, aunque Petro es la revelación), que pagará cara su derrota, que por las calidades de su contrincante, un individuo mediocre, que creció bajo la manga del franquista Fraga, y que tiene un discurso monotemático y un  programa desconocido, pero que –así como lo hizo Aznar- seguramente lo veremos en aventuras guerreristas en distintas partes del mundo, a lo cual el actual tampoco ha sido ajeno. Lo peor en España está por venir, y en Europa es palpable la derechización con un fuerte acento xenófobo, que no quiere saber de africanos, asiáticos o latinoamericanos. La tercera opción es Izquierda Unida y está muy lejos de conquistar el poder, así como los movimientos nacionalistas. El Bipartidismo se impone. ¡Estamos apañados! Hay que refundar el Partido Socialista Obrero Español, que de socialista y de obrero le queda muy poco.

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