martes, 4 de febrero de 2014

CRONICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA

Grave, muy grave lo que acaba de ocurrir. Un  familiar de la exsenadora Piedad Córdoba fue asesinado en Medellín. Ya antes su madre y otros familiares, en total cinco, habían sido muertos. Los Rastrojos, un grupo paramilitar, acaba de encender las alarmas para exterminar lo poco que quedó de la Unión Patriótica: paga $50.000 para ultimar a la candidata presidencial Aida Avella. ¿Dónde está el gobierno? ¿Dónde las garantías para que quienes asumen ideologías distintas al establecimiento se les respete su vida y su ejercicio político? Pero si el delito paga, como lo vemos con las exiguas condenas contra los paramilitares que cometieron miles de asesinatos y por cada uno pueden llegar a pagar menos de un día d cárcel, ¿cuál es el mensaje? Obviamente que el principal responsable de esa política de "justicia y paz" fue Uribe, ahora de gira como candidato al Senado. La captura de Pedro Muvdi por vínculos paras, actual parlamentario en el Cesar, sigue golpeando a los partidos mayoritarios. No puede ser posible que a la candidata Aida Avella se le amenace como está ocurriendo, máxime cuando ella se salvó de un bazukazo hace 17 años y tuve que exiliarse ese tiempo en Suiza. Es un círculo infernal del tanatos lo que pasa en Colombia, a ciencia y paciencia de las autoridades.  No es posible que 17 años después aún queden vigentes los viejos odios y venganzas que se perpetran sin consideración distinta a la eliminación del contradictor político. La creación de un Ejército Antirrestitución sólo ocurre aquí.

2 comentarios:

  1. Lo que resulta desolador y tristemente evidente, es que en Colombia, se perdonan los delitos (variopintos, por más señas) pero no se perdona pensar diferente. El escenario entonces es completamente gris y la pregunta obligada es, ¿servirá terminar la guerra, si ello no va a contribuir a alcanzar la paz, porque no se reconocen los derechos de los demás, entre ellos, el de pensar diferente?

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