Cuando se produjo el impasse del General Alzate en el Chocó, dije que "era la hora de los mediadores" para salvar el proceso. Efectivamente, debo decir que no me equivoqué. Es claro que su papel fue determinante para que la retención del General Alzate, primer General del Estado retenido por las FARC en 50 años de conflicto, así como la de un soldado y una abogada, se saldara con un éxito para continuar los diálogos.
Sin embargo, hay que decir que es el Gobierno colombiano el que señaló desde u principio el "dialogo en medio del conflicto" y que no puede llegar a decir de buenas a primeras que sólo se dispare desde un flanco. Las recientes bajas dadas a integrantes de una columna guerrillera de las FARC en el Meta y el regocijo presidencial (rechazado por Pablo Catatumbo) son prueba de ello. La presencia de Arturo Alape en la liberación del general (un combatiente bajo los parámetros del DIH) y sus acompañantes demuestra la unidad de mando de las FARC., contrario a lo dicho por el uribismo, que hizo el ridículo con una manifestación escuálida contra la paz el pasado sábado.
El anuncio d e tregua unilateral de la guerrilla a partir del 20 de diciembre, por tiempo indefinido (si el Gobierno deja), así como la propuesta de un armisticio, son elementos importantes para tener en consideración como gestos de paz de la guerrilla. No puedo dejar de condenar la voladura a la torre de energía en Buenaventura, que afectó la energía en esa pobre población.
La última delegación de las víctimas, encabezada por Piedad Córdoba, se ha entrevistado en La Habana con los negociadores y ya es hora de ir cerrando el punto de víctimas para proceder a abordar el siguiente punto de la agenda. Acuérdense señores: las elecciones serán en octubre de 2015!
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