SANTOS COMETIÓ UN GRAVE ERROR AL SACAR A PETRO

De "cálculo pecueco" calificó Petro la jugada de Santos de proferir el acto administrativo sacando a Petro de la Alcaldía, en atención a la decisión del Procurador. Y en efecto lo fue. Santos hizo numeritos y dijo: "me sirven más los votos de los 19 senadores godos, que el millón del petrismo" y por ahí cogió las de Villadiego, para perderse... Pues la Comisión Interamericana de DDHH profirió medidas cautelares en favor del alcalde Petro, las cuales eran de obligatorio cumplimiento para Colombia, en virtud al Pacta sunt servanda y a los claros antecedentes de la Corte Constitucional en la materia. Ni Uribe había hecho semejante desafuero. Santos traicionó su propia promesa, pues había manifestado que si salían las medidas cautelares de la CIDH él las acataría, lo cual no hizo, generando un maremágnum jurídico y la responsabilidad internacional del estado. Ya había hecho algo similar al desconocer el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La haya en el caso contra Nicaragua.  Es un violador de tratados internacionales. Sanros ha debido permitirle a Petro jugar en la revocatoria planteada para el 6 de abril, pero le cerró ese camino, donde las apuestas estaban altas en favor y en contra del burgomaestre. Petro,por su parte, fue sensato en la última de sus grandes manifestaciones al llamar a la cordura y al tildar de impostor al Ministro de Trabajo normado interinamente para reemplazarlo. La gente estaba dispuesta a hacer lo que él le pidiera, pero hay que resaltar que se midió en su reacción, lo cual le da méritos democráticos y de prudencia. ¿Qué hubiéramos ganado con un nuevo baño de sangre? Sin embargo, la salida que propuso políticamente me parece riesgosa: una Asamblea Nacional Constituyente. Ya se conocen los resultados de las fuerzas de la derecha y el petrismo no es propiamente la principal fuerza electoral, sino que le corresponde al uribismo y al santísimo. ¿Cómo quedaría una Carta nueva con estos constituyentes? La apuesta me parece muy riesgosa e inconveniente, pues el país votó derecha y la mayoría es abstención. Otro derrotado fue el voto en blanco, que fue alto en el Parlamento Andino, pero que finalmente no pasó. Las consecuencias son nefastas para la aspiración reeleccionista de Santos, pues nadie le asegura que los votos conservadores se le endosen y más bien sí perdió los votos del centro izquierda que lo apoyarían en una segunda vuelta por el proceso de paz (y sólo por eso). Santos se volvió un mal jugador de póker.