LA APOTEÓSICA MARCHA: ¿EL PRINCIPIO DEL FIN DEL URIBISMO?

La marcha del 9 de abril tiene varias lecturas, pero una en que se puede coincidir es el entierro del uribismo. No valieron los trinos ni mandobles, ni la filtración de las coordenadas (que es un delito), ni la vitrina que le ofrece la gran prensa oligárquica, para acallar a las masas populares que abarrotaron -como lo quería el caudillo Gaitán- las plazas y las calles de Colombia. El pueblo demostró su hartazgo frente a una violencia que junto a los conflictos del Medio Oriente y de Cachemira, son los más antiguos del planeta. Los negociadores de La Habana deben tomar atenta nota del mensaje del pueblo que desea poner fin a este fratricidio, entre otras cosas para que surjan fuerzas políticas alternativas que derroten a la derecha ultramontana que se ha apoderado del Estado durante toda la época republicana, parapetándose en la excusa de derrotar al terrorismo, que ella misma practica. Hay que seguir los pasos de Dilma o de Pepe Mujica, para demostrar que por la vía democrática se puede conseguir el poder para hacer las grandes transformaciones. El domingo Maduro también enterrará a Capriles, que es el candidato de Uribe.