sábado, 4 de octubre de 2014

EQUILIBRAR LOS PODERES EN COLOMBIA


Uno de los elementos centrales de la democracia liberal en el mundo es la tridivisión de poderes, esto es, que las tres ramas del poder público –ejecutivo, legislativo y judicial- mantengan su fuero competencial y su independencia de cualquier injerencia que pretenda menoscabarla en su actuación. La colaboración armónica será un complemento excepcional en esa división del poder. Los pensadores clásicos Locke y Montesquieu sentaron las bases contra el absolutismo monárquico, desarrolladas principalmente en la lucha contra el absolutismo en Inglaterra y concretada en la Revolución Americana de 1776.

El Presidente de la República en su campaña ofreció acabar con la reelección presidencial, vigente desde el Acto Legislativo 02 de 2004. Para tal efecto, por medio de sus ministros de Interior y de Justicia,  presentó un Proyecto de Acto Legislativo reformatorio de varios artículos de la Carta, el cual se unificó con otros proyectos provenientes del CD y del PDA,  en el cual se contempla:
*La prohibición de la reelección de los servidores públicos electos por corporaciones públicas u organismos colegiados.
*La silla vacía o pérdida definitiva de la curul como castigo a los partidos que prohijaron la presencia de delincuentes en sus filas.
*La modificación de la circunscripción para el Senado, otorgándole un senador a cada uno de los once departamentos con menos de 500.000 habitantes, que carecen de esa representación en la Cámara Alta.
*Formará parte del Senado el candidato que obtenga la segunda votación para la presidencia, y así sucesivamente en las demás instancias.
*Eliminación de la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes (ente inoperante) y la erección de un Tribunal de Aforados encargado de investigar y juzgar la conducta de los altos funcionarios del Estado. El Tribunal tendría siete miembros elegidos por el Congreso.
*Eliminación de la reelección presidencial y vicepresidencial.
*Sistema de cooptación para la conformación de las Altas Cortes.
*Desaparición del Consejo Superior de la Judicatura y sus derivados. Creación de un Sistema Nacional de Gobierno y Administración Judicial.
*Eliminación del voto preferente e instauración de un sistema de listas cerradas y bloqueadas.
*Eliminación de la reelección del Procurador, del Defensor, del Contralor, etc.
*Prohibición de la “silla giratoria” entre los cargos.
 
La Comisión Primera del Senado incorporó el tema del voto obligatorio por tres períodos y la prohibición de que los parlamentarios sean reelegidos más de cuatro veces. Ha sido fundamental el papel jugado allí por la senadora Claudia López, la cual se perfila como una de las futuras candidatas presidenciales por su arrojo y claridad contra las mafias.

También se abre paso el voto obligatorio por tres períodos, para superar la enorme abstención electoral presentada en los últimos comicios.

ANÁLISIS

Partimos de criticar la reforma por el vicio inveterado de nuestros políticos, en donde se preparan para ganar elecciones, pero no para gobernar. Se nota una enorme improvisación tanto en el contenido el proyecto, como en los debates en el Senado. Se trabaja sobre la coyuntura y el día a día. Hasta el Fiscal llamó a huelgas, paros y movilizaciones contra la clase política(¡). La falta de técnica legislativa y la introducción de numerosos temas de forma desordenada hace que realmente existan varias reformas en una sola. Por ejemplo, la reforma a la justicia, que se hundiera en la pasada legislatura, es claro que pretende cristalizarse por esta vía.
Tampoco ha sido claro el Gobierno y la coalición mayoritaria en el tema de la transparencia a la hora de elegir los altos cargos en organismos de control o en el denominado Tribuna de aforados, pues salvo para el Registrador, el concurso de méritos no está presente, como debería estarlo.
La llamada “lista cremallera” y cerrada no es per se garantía de democratización y fortalecimiento de los partidos políticos. La experiencia con el bolígrafo de los grandes jefes de las colectividades, así como la concesión de avales en un sistema típicamente parlamentarizado, no permite que expresiones nuevas rompan la hegemonía de los mismos en las corporaciones. Si bien es saldable el fifty fifty en la representación de género, no es menos cierto que hoy en día el patriarcalismo reinante en las agrupaciones políticas no permiten prever que las lideresas surjan de la noche a la mañana por sí mismas en la misma proporción de los varones, por lo cual tendrían que hacerse grandes campañas de modernización y democratización que supere la cultura política premoderna aún hoy vigente.
Desde que se creó, la figura de la reelección presidencial ha sido dañina para el sistema de pesos y contrapesos de la Carta del 91. Yo lo dije ante los Magistrados de la Corte que examinaban su constitucionalidad y no me escucharon en esa ocasión. Luego de que vieron el peligro que se avecinaba con la reelección perpetua, fue cuando aceptaron la tesis de la sustitución de poderes.
El voto es un derecho, pero también es un deber. Aquellos que se sienten extranjeros en su propia tierra deberían pensar en la importancia de no permitir que otros definan su destino por ellos. Acompañado de una severa formación en cultura política, la transitoriedad de la medida permitirá vislumbrar si se pueden combatir las maquinarias clientelistas que invierten  grandes sumas de dinero en las elecciones y desciende la abstención (que hoy está en el 52%), o si por el contrario se encarecen las campañas y la clase política corrupta invierte más dinero en la compra de votos. Allí debería haber un cambio en el control de los mass media.
Nos quedan varias dudas: ¿Cómo van a jugar los acuerdos de La Habana refrendados por el pueblo? ¿Cómo se incrustan las medidas del Estatuto de la Oposición prometido por Santos? Son inquietudes válidas en un momento en que la opinión pública reclama transparencia y defensa de la independencia de los poderes públicos, para superar el presidencialismo y centralismo absorbente y antidemocrático que hemos tenido desde que se aprobara la reelección. Amanecerá y veremos…





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