Ha ganado la abstención con
más del 60% en las elecciones presidenciales del pasado domingo. Ello demuestra
la ilegitimidad del sistema, que no ofrece un panorama de esperanza a los 47
millones de colombianos. El pírrico triunfo del candidato del uribismo (utraderecha)
después de los escándalos del hacker que estaba espiando las conversaciones de
paz y realizando compra-venta de información con militares sobre inteligencia
reservada del Estado, demuestran una honda crisis ética en Colombia. Los
uribistas no miraron nada de eso y prefirieron ser cómplices de la severas
irregularidades que el candidato de la ultraderecha cohonestó en cuerpo propio,
con certificación de plena confiabilidad por parte de la Fiscalía. O el asilo
falso de la exdirectora del DAS Pilar Hurtado, o la fuga de Luis Carlos
Restrepo, o los robos de Agro Ingreso Seguro de “Uribito”, o los falsos
positivos, etc. El candidato-presidente Juan Manuel Santos perdió en la primera
vuelta por 4 puntos porcentuales, lo cual lo obliga a buscar alianzas para la
segunda vuelta con miras a derrotar al uribismo.
La candidata conservadora
Martha Lucía Ramírez ocupó el tercer lugar, con cerca de dos millones de
sufragios y es indiscutible su adhesión a Zuluaga, por pertenecer al mismo
espectro político (derecha).
El fenómeno electoral fue
Clara López, con su fórmula vicepresidencial Aída Avella, que dinamitaron todas
las encuestas al sacar casi dos millones de votos. La izquierda democrática
demostró que sí es posible cambiar el actual estado de cosas injustas y
excluyentes. Fue sorprendente ver el triunfo del Polo Democrático en ciudades
como Tunja, Sogamoso y Duitama, donde tradicionalmente ganaban otras fuerzas de
derecha.
El gran derrotado fue Peñalosa
del Partido Verde que solo sacó un millón de votos, pese a que las encuestas lo
daban como sorpresa y porque en la consulta verde había sacado 2 millones. El
voto en blanco también se desinfló y no influyó en las elecciones de manera
significativa.
Lo que viene es la pelea por
la paz o la guerra. Santos se la jugó por la primera, con el proceso de La
Habana, mientras Uribe (y Zuluaga) creen que la guerra es la salida. Para que
la izquierda llegue al poder como en Brasil, Uruguay o Ecuador, es necesario
que se firme la cesación del conflicto armado, se prepare un posconflicto
decente con el pueblo que garantice los Derechos Humanos. Mientras haya
conflicto armado, es improbable que la izquierda llegue al poder, porque serán
estigmatizados como guerrilleros, y hasta exterminados por la “mano negra” como
ocurrió con la Unión Patriótica. Tres
candidatos apoyaron la paz en Colombia, Santos , Clara y Peñalosa, la derecha
de Martha y Zuluaga la confrontaron. Esas serán las alianzas más lógicas. En
ese sentido, Santos sumaría 6 millones de votos y Zuluaga (Uribe) 5 millones para
la segunda vuelta del 15 de junio. Sin embargo, en la política colombiana hay
muchas dinámicas y cualquier situación extraordinaria que ocurra en estas tres semanas
(como un auto de detención contra Zuluaga por espionaje) podría alterar los
resultados. También habrá que ver qué ocurre con los votos en blanco y los
abstencionistas que podrían definirse por alguno de los candidatos y ellos sí
definir el presidente para los próximos 4 años, pues son más de 20 millones de
personas que se portan como extranjeros en su patria, o 5 millones de
emigrantes, de los cuales no vota ni un 10%. Las alianzas serán lo fundamental
en estos días. Aunque no se ven monolíticas, pues un sector conservador (la
clase parlamentaria) está con Santos. Un sector radical de la izquierda
(Robledo) no apoyaría a Santos. Un sector Peñalosista tampoco estaría con
Santos, salvo el petrismo (que ya lo habría apoyado en primera vuelta. No
sabemos la posición de Claudia López, aunque Navarro sí se transa). Tampoco los
parlamentarios santistas se esforzaron por apoyar a su jefe, pues la votación
se bajó a la mitad. Vargas Lleras poco puso, a diferencia de Aida Avella fue
una exitosa fórmula vicepresidencial, al asumir de manera valiente el ejercicio
luego de 17 años de exilio en Ginebra. La conclusión es que en Colombia la
política bascula hacia la derecha (entre otras cosas por la enorme influencia
de las iglesias cristianas) y que el modelo económico y político no ha sido
satisfactorio para las mayorías excluidas, por lo cual la mayor parte de los
habitantes no participan). Hacer una
democracia incluyente es el reto. La edificación de la paz será la base para
construir un estado moderno e incluyente, verdaderamente democrático. Si gana Zuluaga, varios amigos de izquierda me han dicho que se van del país...
Creo que al Polo le tocará votar como ocurrió cuando el fascista Jean Marie Lepen derrotó al socialista Leonel Jospin en las primarias francesas, y sólo se enfrentaba al demócrata-cristiano Jacques Chirac: con las narices tapadas y mirando a otro lado, para evitar el cataclismo del ascenso filonazi.
ResponderEliminarEs curioso que Uribe sólo vaya a la Fiscalía a embolarse los zapatos. Eso considera que son las instituciones para él: sus lustrabotas! También dijo que sólo le entregaba los papeles con las famosas "pruebas" contra Santos al procurador: o sea, él le fija la agenda a la justicia colombiana: va cuando quiere y hace lo que quiere! Eso ni la Infanta Real! También dijo que desconocería los resultados electorales si su candidato Chuzuaga perdía: como ganó, ya no los desconoce! Gana con cara y sello! Es el colmo!
ResponderEliminarestá muy interesante tu columna-blog y de ella dejo dos preguntas, es sólo por Aída Avella que se ganó esta posición en Boyacá o será también el reflejo de la educación política de la juventud, no podemos dejar desapercibido que en Francia, ha ganado la derecha radical para la eurocámara y para el mundo, es salvaje retroceder de esa manera, es la libertad de todo la que nos exponemos a perder si no hay conciencia de qué debemos hacer como especie como humanidad en cuanto a conservar al planeta y mejorar nuestro desarrollo no sólo a expensas del comercio y del crecimiento económico, no por un modelo de indicadores económicos sino desafiando al sistema! Gracias por compartir tus ideas
ResponderEliminarMil gracias por análisis querido profesor Luis Bernardo. No sólo la gente de izquierda habla de irse del país: gentes de muchas categorías clasificadas como apolíticas, si cabe el término, me han manifestado que el "guarapazo" del domingo fue tan fuerte y preocupante que buscarían cómo salir de Colombia. Yo, que tengo dos hijos hombrecitos de 11 y 9 años, no voy a esperar a que crezcan en medio del conflicto y que algún día me los vuelvan carne de cañón. Si la política colombiana vira hacia la derecha en la segunda vuelta, mi familia será otra más que deberá moverse hacia el exterior, así amemos como amamos nuestro Boyacá, nuestra Cundinamarca, nuestro mar caribe, etc.
ResponderEliminarNuestra derecha colombiana es un verdadero peligro para la concordia social y es imposible construir con ellos un país verdaderamente democrático. Quieren más guerra "ad infinitum"...
Coincido con tu análisis Luis Bernardo. Es una buena síntesis de lo que podrá suceder en el futuro cercano en cuanto alianzas y expectativas sobre el próximo presidente para nuestro país. Lo cierto es que la izquierda democrática o social democracia, como prefiero llamarla, esta en ascenso en Colombia. Para la social democracia es mejor un gobierno democrático así sea de derecha que un gobierno de extrema derecha, al estilo Pinochet o Fujimori y quien dice que no se trata de convertirnos en el Israel de Latinoamérica. Totalmente de acuerdo la guerra no favorece a nadie y menos a la izquierda. No podemos permitir que se estigmatice la izquierda democrática con el mote de terroristas y guerrilleros, por el simple hecho de estar de acuerdo con la firma de acuerdos de paz con las FARC y el ELN. Por ello nos la debemos jugar por ese proyecto. Y siendo pragmáticos debemos apoyar a Santos en ese cometido. Cualquier otra alternativa, hoy por hoy, como abstenerse de votar, esgrimir argumentos de rechazo a los relativos "logros" del presidente Santos en estos cuatro años, conducirían a la implantación de un régimen no solo de extrema derecha, sino con la opción real de una prolongación en el tiempo mas allá de los próximos cuatro años. Cuanto retrasaría una situación de estas un proyecto socialdemócrata? Basta ver Perú y Chile... Las cartas están tiradas, aquí no puede haber duda.
ResponderEliminarBueno y este tema de irse del país... Es una opción desgraciada y sería algo así como meter la cabeza en un hoyo. Primero lo primero. Esforcémonos por evitar ese desastre... Pregunto si los franceses se fueron de Francia por lo que la extrema derecha gano las elecciones allá....? Mas bien lo que debemos hacer es justamente eso, votemos con un tapabocas y un tapanarices, y redoblemos esfuerzos por hacer crecer más la socialdemocracia y alejarla de infantilísmos izquierdistas. O es que necesitamos que la represión y el despotismo se adueñen de nuestro país y de rienda suelta a la aniquilación de todo asomo de democracia popular, para entender que la desunión nos destrozará?...
ResponderEliminar