La supuesta recepción de U$ 12 millones pagados por un narcopacto de paras y narcos con el asesor de la campaña de Santos J.J. Rendón (quien a su vez acusa a Germán Chica de recibirlos y no darle nada), así como la captura del sujeto Sepúlveda asesor de la campaña de Zuluaga por interceptar las comunicaciones del proceso de paz en La Habana con fines de saboteo y comercialización, dejan entrever lo más sucio de las cloacas en esta guerra mediática. Lo curioso es que se manejen cifras de ese talante y que Chica aparezca con propiedades avaluadas en más de U$ 2 millones, lo cual deja mucho que pensar. Los santistas han pedido la renuncia de Zuluaga y él ha dicho que todo fue a sus espaldas, como en la época de Samper con el elefante. Pero lo cierto es que ninguna de las campañas se salva del enlodamiento tan evidente que las ha salpicado. Acordémonos que antes la operación Andrómeda terminó siendo bendecida por el Ministro Pinzón y por el propio Presidente, como "operaciones legales encubiertas" del Ejército, lo cual deja mucho que desear. A 20 días de la elección presidencial, que estaba fría y aburrida, la emoción no sube por las propuestas de los candidatos (bastante pobres, por cierto), sino de escándalos de esta naturaleza que pone de presente el oscuro túnel por el cual estamos atravesando en Colombia. La abstención va a triunfar el 25 de mayo, como en las elecciones europeas.
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