miércoles, 21 de enero de 2015

La libertad de expresión

Los acontecimientos en Francia nos hacen cerrar filas frente al derecho a la vida y a la libertad de expresión y pensamiento. Sin embargo, ello mismo nos hace advertir que la exclusión de los inmigrantes de tres generaciones en Francia demuestra la incubación de fenómenos que no necesariamente apelan a las buenas prácticas y que varios militan en facciones integristas que pueden desencadenar los atropellos por todos conocidos. Si bien existen delitos como la injuria, el marco del trabajo de un caricaturista en un medio libertario permite reírse de todo y de todos, en especial de los políticos. Sin embargo, el clima de intolerancia religioso plantea que crímenes como el del humorista Jaime Garzón hoy permanezcan en la impunidad rampante y vergonzosa. En ese entonces decíamos que habían matado la risa. Humberto Eco en El nombre de la rosa, señaló el peligro contrarreformista de aceptar la risa en comunidades clericales atávicas. Se moría por aceptarla. Hoy se muere por pintarla y generarla. Catalina Botero, exalta Relatora para la libertad de expresión del sistema  Interamericano  de Derechos Humanos nos llama la atención sobre el ámbito que implica la labor del artista y por ello es más reprochable a la luz del sistema lo acontecido en París. Tampoco podremos caer en Islamofobia, o en el choque de civilizaciones planteado por Huntington, yo estudié mi maestría con musulmanes y siempre pregonaban La Paz , no el odio. Los ataques a las mezquitas son condenables, como el ataque a la sinagoga de Buenos Aires y el crimen del fiscal, que en forma irresponsable se lo atribuyen a la presidenta. Nuevamente el laicismo se pone a la orden del día.

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