Perdió con la sanción del
Procurador, pero ganó políticamente. La tacada a tres bandas del Procurador le
falló y se le devolvió cual bumerang. Varios elementos debemos analizar: ante
todo, el fallo estaba cantado. Es cierto, reposó en el escritorio del
Procurador varias semanas antes de firmarlo. Jurídicamente podría soportarse en
algo que desde el Constituyente del 91 se aprobó y fueron las facultades para
el Jefe del Ministerio Público en materia de competencia para sancionar a los
alcaldes, incluyendo al de Bogotá (ver pronunciamiento de la Corte
Constitucional en el caso de la tutela de la senadora Piedad Córdoba). Lo que
sucede es que ninguno de sus antecesores en el cargo había cometido el
despropósito de actuar de la forma como lo ha hecho el actual. Quienes se
rasgan las vestiduras por el tema competencias, olvidan que durante más de dos
décadas el tema pasó sin problema y que más bien lo que reinaba era una actitud
complaciente con la clase política en el intercambio de favores. Lo que sucede
es que el actual –sin que se haya liberado del intercambio- desembozadamente
aplicó justicia selectiva, pues exoneró a personajes de la talla de Ciro
Ramírez y otros politicastros y militares, condenados por la jurisdicción
penal, y sí condenó a personajes de la izquierda como Piedad Córdoba, Guillermo
Asprilla y Alonso Salazar, entre otros. Se dice que está procesando a Iván
Cepeda, para sacarse el clavo con Robledo, a quien no pudo inculpar. El Consejo
de Estado acaba de anular la sanción contra Ana Isabel Gil, precisamente porque
no aceptó los poderes omnímodos de que se presume está investido. La tutelatón
ideada por José Cuesta resulta interesante, aunque la línea de cierre está en
la Corte Constitucional que ya se pronunció y difícilmente cambiará la
jurisprudencia. La reforma a la Ley sí es tema que Santos debería asumir,
aunque no lo tengo tan claro, dado que sacar del camino a Petro durante 15 años
le abonaría el camino a su amigo Germán Vargas. Creo que el tema de la CIDH
resulta por ahora intrincado, dado que tanto Insulza como De Roux han espetado
que deberán primero agotarse los recursos internos y para eso falta mucho. Lo
que viene es el recurso de reposición y el fallo confirmatorio de Ordóñez, el
cual una vez ejecutoriado tendrá la vía contencioso administrativa para ser
impugnado. El antecedente de Ana Isabel Gil podría ser el mejor elemento para
pedir la suspensión provisional de la medida y es sabido que los Magistrados de
las Altas Cortes están muy molestos con Ordóñez porque no ha cumplido con la
sentencia según la cual tendría que proveer los cargos de Procuradores
Judiciales mediante concurso público de méritos. Esa se la cobran. Así, Petro
estaría por fuera unos tres meses a lo sumo, y sería reemplazado por Jaramillo
en el entretanto.
Respecto al golpe político, si
el propio Ordóñez se lo esperaba. Clamorosas multitudes colmaron la plaza de Bolívar
durante toda la semana y especialmente el viernes el discurso de Petro fue
elocuente, al victimizarse y generar el apoyo de la inmensa mayoría de la
opinión que ven una actitud vengativa y desproporcionada contra un funcionario
que intentó aplicar una política para acabar unos monopolios privados usureros.
Se pudo equivocar en la planeación, quizá hubo improvisación, pero comparto con
Mario Alvárez –exgerente de Aguas Bogotá-que siempre fue bajo la óptica de la
buena fe y de la búsqueda del bien para las mayorías, e inclusive de los recicladores.
Las conspiraciones denunciadas por Emilia Tapia (contratista corrupto testigo
estrella de la Fiscalía) y Oty Patiño (amigo de Pacho Santos) sobre los consorcios
privados y de Pacho Santos y el uribismo denotan que todo estaba fríamente calculado
para afectar el esquema de política pública propuesto, que me parece más sano del
que existía. El baculazo del Procurador recibió el rechazo de tres personajes
que no suelen “mojarse” en estos eventos: el Embajador gringo recién nombrado,
el Jefe de la Oficina de la ONU en Colombia y el Fiscal General de la Nación,
que llegó a adelantar diligencia en el despacho y a calificar de medieval e
inquisitorial el sistema (Ya antes había respaldo del embajador Francés). Con
uno bastaba, pero que fueran los tres al tiempo demuestra la contundencia del
mensaje: se podría afectar el proceso de paz en La Habana por culpa de un
funcionario a quien Enrique Santos el periodista tildó de “monstruo”. La
denuncia penal contra Ordóñez por parte
de Jorge Molano y otros eminentes juristas habrá que verla, pero en principio
veo difícil que prospere, pues el equipo de la Procuraduría tampoco es manco.
Me ha gustado mucho el análisis de algunos economistas acerca del denominado
fenómeno de las “externalidades” de la política pública. Resulta que hay
fenómenos que se escapan a los administradores de la cosa pública cuando se
implementa la política, y no por ello necesariamente deben ir a la cárcel o ser
sancionados. De lo contrario, César Gaviria estaría preso, pues fue el
responsable directo –junto con sus ministros- de la privatización neoliberal
que ha afectado a sectores sensibles como el agropecuario, la salud, la
educación, el trabajo, la seguridad social, etc. O Santos en la locomotora minera de la degradación
medioambiental. Es un punto a evaluar con más detalle cuando se investigue.
Muchos oportunistas salieron a
romperse las vestiduras para reemplazar a Petro y uno fue Mockus el cual reculó
cuando supo que estaba inhabilitado porque su esposa en Veedora Distrital. El
Ministro Gómez Méndez regañó a Petro por no acatar la decisión e incitar a las
masas. Eso me parece una actitud politiquera para frenarlo y por fortuna Petro
no “comió cuento”. Llevaron a Petro al agua donde mejor se mueve: la plaza
pública, el terreno político puro y sus discursos han recordado al líder Gaitán
que fue alcalde destituido y luego asesinado. Muy interesante el manejo
dialéctico. Petro manejó bien la psiquis popular. El líder campesino César
pachón lo sigue de cerca y ya anunció otro paro agrario. Simoncito Gaviria
recibiendo órdenes de papá le dice a los indignados que se pasen al Partido
Liberal, demostrando temores ante la nueva fuerza. Fuerza que ve cómo se
recortaron las posibilidades de los aspirantes a corporaciones, pues toca
suscribir una millonaria póliza de $200 millones para poder inscribir listas y
por ello el Partido del Tomate no pudo, como tampoco los campesinos ni otros movimientos
pobres. Un Senado vale $5.000 millones y una cámara $2.000 millones. Así están
las cosas y el Procurador en eso no interviene y prefiere perseguir a los
proabortistas, a los LGBTI y a los ateos y agnósticos. Por ello le hicieron “besatón” en la Iglesia a
donde él va a misa. Las elecciones presagiaban una jornada aburrida de
reelección santista, pues Zuluaga no levanta cabeza, y la izquierda está
dividida profundamente. Sin embargo, el la coyuntura ha hecho conformar una
nueva fuerza que pretende captar el voto de opinión frustrado con los sucesivos
gobiernos de derecha que han favorecido a los privilegiados en contra de los
pobres. Apoyar el proceso de paz no es apoyar necesariamente la reelección
santista. Lo he dicho: hay que eliminar la reelección del presidente, pues se
rompió el principio de pesos y contrapesos diseñado por el Constituyente. Me
parece ridículo también que Santos proteste contra EEUU y la ONU por sus
pronunciamientos. Por qué no lo ha hecho cuando iban a instalar las 7 bases militares,
o con las aspersiones con el venenoso glifosato o con el TLC que afectó la
agricultura? Dobles morales. Petro deberá aprender también a manejar su inmensa
egolatría y a valorar a sus amigos y a la gente capaz que lo defiende, por
encima de estar o no en la nómina. También deberá ser más orgánico y más pragmático
en el nivel de ejecutorias administrativas. Así podrá ser presidente algún día,
de lo contrario no. Por lo pronto, Petro está legitimado en las bases.
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