lunes, 9 de septiembre de 2013

CUARENTA AÑOS SIN ALLENDE

Pero está presente en nuestros corazones. La forma valerosa como defendió el Palacio de la Moneda, contra el fascismo, es muestra perenne de su entereza. Le ofrecieron los golpistas un avión para abandonar el país con su familia y aún así no lo hizo, porque por encima estaba la defensa de su pueblo, que lo había elegido. Grandes cosas hizo como presidente, en medio de una voraz oposición y de la imposición de la "Doctrina del shock" de Kissinger y Nixon. Fue Chile el país donde los Chicago Boys  implementaron su línea. Hoy se demuestran los niveles de iniquidad más altos, respaldados por Piñera. Los grandes negocios de chilenos en el exterior (Jumbo, Corbanca, Falabella, LAN, etc.) no son despueblo, sino de las oligarquías nacidas a la sombra de la dictadura pinochetista. La justicia luego de muchos años encontró responsable a Pinochet de los crímenes contra 40.000 chilenos, muchos exiliados, y ello demostró que Allende, el gran masón, tenía razón. Su ejemplo debe guiarnos permanentemente. Los avances en América Latina se deben en buena parte a su legado.  

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